Marketing y Servicios: La sobrecualificación de los universitarios

martes, 10 de marzo de 2015

La sobrecualificación de los universitarios


La reciente aprobación de un decreto que permitirá a las universidades españolas ofrecer grados de tres años, en lugar de los cuatro actuales, ha levantado una importante polémica, centrada en buena parte en si esa medida hará que en el futuro sea más caro estudiar. Pero, ¿qué sucede con las carreras actuales? ¿se adecuan a las demandas del mercado? Distintos datos subrayan la existencia de grandes desajustes.

La incorporación de España al espacio europeo de educación superior, es decir, el proceso de Bolonia, ha disparado el número de carreras. Se ha pasado de 146 titulaciones en el catálogo del curso 2007-2008 a los más de 6.800 que se habían aprobado en Consejo de Ministros a febrero de este año, incluyendo los cerca de 2.700 títulos de grado y los alrededor de 4.150 másteres.

Pero, a pesar de que tal inflación de titulaciones podría hacer pensar que se ha logrado una superespecialización en los estudios y, por tanto, una adaptación a las demandas del mercado laboral. Sin embargo, hay evidencias de que esto no es así del todo.

Es revelador un estudio realizado entre el Ministerio de Educación y la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades sobre la inserción laboral de los titulados. Según se recoge en él, la tasa de afiliación de los egresados universitarios, es decir, el porcentaje de los que están dados de alta en la Seguridad Social, es del 43,4% al año de completar los estudios, mientras que cuatro años después se sitúa 21 puntos por encima, en el 64,4%.


La sobrecualificación
Además, a través de los datos del grupo de cotización de los afiliados, se advierte la sobrecualificación de la que adolece el mercado laboral, entendida como exceso de titulación para el puesto de trabajo que se ocupa. El primer año después de acabar los estudios, el 48,5% de los egresados ocupan un puesto acorde a su nivel formativo, sin que cuatro años después, el porcentaje apenas aumente, ya que sitúa en el 55,5%. Es decir, señala el estudio, solo uno de cada dos titulados universitarios que están afiliados a la Seguridad Social ocupa un puesto acorde a su nivel formativo. Y prácticamente uno de cada cuatro está contratado para trabajos de carácter manual para los que no se requiere ningún tipo de cualificación, del nivel de camarero o similar.

Pero, además, hay grandes diferencias entre unas ramas de estudios y otras y más aún entre las distintas carreras. Así, mientras en el área Ciencias de Salud más del 71% de los egresados están afiliados a la Seguridad Social cuatro años después, en Artes y Humanidades no lo logra la mitad del total, se queda en el 48,8%.

Medicina, empleo seguro 
Por titulaciones, en el caso de Medicina un 92,9% de los titulados se encuentran afiliados a los cuatro años de acabar los estudios y, de los afiliados por cuenta ajena, hasta el 99,7% lo está en el grupo de titulados, es decir, para el que se supone que se han preparado.

Estos datos contrastan con los de otras carreras en los que se aprecian graves dificultades de los estudiantes para encontrar colocación. Por ejemplo, de los que han cursado una licenciatura en Filología Árabe, menos de la cuarta parte (el 23,2%) logra después de cuatro años una ocupación que le permita afiliarse a la Seguridad Social. Pero, además, de los que consiguen un trabajo por cuenta ajena, poco más de la mitad, el 52,6%, obtiene un puesto para el que se requiere la condición de titulado para la que se supone que ha pasado por la aulas de la universidad.

Un caso llamativo es el de la diplomatura de Turismo. De los 4.375 universitarios que obtuvieron el título en el curso 2009-2010, poco más de la mitad, un 54,3%, se encontraban a marzo de 2014 afiliados a la Seguridad Social, frente al 64,4% del total del sistema universitario. Pero, si se considera los trabajadores por cuenta ajena, que eran la gran mayoría, el 51,5% estaba ocupado en tareas de baja cualificación manuales. Uno de cada tres (33,9%) se dedicaba a una tarea de tipo medio, no manual y únicamente el 14,7% habían logrado una colocación acorde con una cualificación universitaria.

El máster, escasa garantía
Según el informe sobre inserción laboral, los estudiantes de turismo están entre los que más dificultades tienen para lograr trabajos acordes con su nivel formativo, junto con administración y negocios (31,8%), arte (37%) y periodismo e información (38,4%).

Y tampoco estudiar un máster es una garantía para lograr empleo. De hecho, el porcentaje de afiliados a los cuatro años es aún menor que el citado más arriba para los egresados de primer y segundo ciclo, del 56,8%.

Destaca también la escasa vocación emprendedora que apuntan los datos. El porcentaje de autónomos entre los afiliados es del 7% el primer año y el 10,3% cuatro años después. Esto es, solo uno de cada diez universitarios trabaja por cuenta propia. Y el propio estudio muestra su sorpresa porque la rama de ciencias sociales y jurídicas, que precisamente incluye estudios relacionados en buena medida con el ámbito empresarial, el comercio y los negocios, sea la que tenga menor porcentaje de autónomos (8,7% a los cuatro años).

Fuente: ABC 
Ver también "Menos carrera, más Máster"
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7 comentarios :

Sandra Navarro dijo...

Cierto, actualmente hay muchísimos estudiantes que obtienen la titulación sin embargo, ¿qué ocurre después de salir de las universidades? Apenas pocas personas consiguen un trabajo donde poder adquirir experiencia y demostrar, tanto lo que han aprendido como la responsabilidad personal que tienen.

Personalmente conozco a una amiga que hace dos años consiguió también la titulación de ADE en la Universidad de Alcalá. Todo este tiempo apenas ha conseguido trabajo, bien porque no encuentra empresa en la que haya colocación para ella o bien porque le ofrecen trabajar jornada completa por tan sólo 200 euros, o incluso empresas que te dicen que tienes que trabajar sin remuneración.

Todo esto se traduce en desesperación, la única salida que hay como posibilidad es el extranjero. Vemos que aquí en nuestro país no se nos valora, y en cambio en el resto de países sí que nos dan la posibilidad de trabajar y a la vez ofreciéndonos unas condiciones bastantes buenas. Día a día salen en los medios de comunicación como recién graduados están trabajando en el extranjero, cuando se les pregunta si piensan volver la respuesta es clara: “me gustaría es mi país allí he dejado a toda mi familia, pero aquí estoy a gusto, tengo trabajo de lo que quiero y deseo”.

Se nos llama la generación perdida, y con razón porque miles de estudiantes se han formado y apenas pueden demostrar lo que valen. Generación perdida porque España no ha tenido tantos licenciados como en los últimos años, generación perdida porque no se nos ha valorado como deberíamos.

Sandra Navarro Recuero. Universidad de Alcalá. Marketing: Fundamentos.

Anónimo dijo...

Como bien dice el artículo, en España se vive una llamada "sobrecualificación", es un problema muy grave para los estudiantes ya que sus inversiones (tiempo/dinero/esfuerzo) para realizar una grado se ven recompensados con un mercado laboral que no los puede absorber ni genera empleo según su formación.
Este problema bajo mi opinión viene determinado por el modelo de empresas que sostiene nuestro país, no hace falta decir que España actualmente "vive" del turismo, aun contando con grandes multinacionales, el grueso del empleo lo ocupan el sector servicios. En este caso estoy hablando de graduados cuyas salidas profesionales actualmente son altas, pero que pasa con las denominadas carreras no tan demandadas. Cogiendo los ejemplos que nos aporta el artículo como Humanidades, Filosofía, Historia; son grados que desgraciadamente tienen menos cabida en el mercado laboral, el español al menos.
Para concluir creo que el famado efecto de sobrecualificacion se debe a la falta de tejido empresarial más especializado en España y a que mucha gente elige grados cuyo futuro laboral es muy incierto.
Isabel Vargas Blanco. UAH ADE, Marketing Fundamentos

Unknown dijo...

Yo no estoy de acuerdo ni con el plan Bolonia ni con el 3+2, ya que hay asignaturas que no se pueden dar en un solo cuatrimestre y deberían de ser anuales pero con el plan Bolonia que son 4 años no da tiempo, también pienso que debería de haber más práctica durante la carrera que no tanta teoría.
Con respecto al 3+2 creo que va a empeorar la educación porque los master son voluntarios y no deberían de ser obligatorios ya que hay gente que no tienen los suficientes recursos porque los master son muy caros, así que deberían de ser siempre voluntarios.
Con respecto al ámbito laboral, la mayoría de los universitarios no trabajan de lo suyo nada más salir de la universidad sino que se tiran bastante tiempo en el paro o en un trabajo que no se necesita ningún tipo de carrera, y eso me parece súper injusto.

Cristina Bravo García.

Víctor Martín dijo...

A parte de lo discutible que sea la medida del 3+2, me gustaría señalar ciertas cosas que desde mi punto de vista son muy importantes y no aparecen reflejadas explícitamente en las estadísticas.

Es algo muy actual: la sobrecualificación de los universitarios, su necesidad de emigrar con el fin de obtener un trabajo acorde a su nivel de estudios, etc. Pero me parece que hay una cosa que se pasa por alto siempre, y perdonad si soy demasiado franco: de todos los alumnos universitarios, ¿Cuántos deberían ir realmente a la universidad? ¿Cuál es el verdadero valor de sus estudios?

No es una cuestión ni de poder adquisitivo, ni de resultados académicos, es un problema de:

- ¿Qué es lo que de verdad nos gusta y apasiona en esta vida?

Bien, desde que somos pequeños se nos va influenciando para que siempre sigamos y demos un paso adelante, lo que se traduce en ir pasando de curso. Poco importa si nos gusta lo que hacemos o no: tú sigue adelante. Llegamos al instituto y por la influencia social te van catalogando en distintos grupos dependiendo de la rama de estudios que escojas.

- Ciencias: top. Miras mal a los de Sociales/Humanidades y Artes. Es un deshonor dejar esta rama.

- Sociales/Humanidades: no te da para ir a ciencias. Miras mal a los de Artes. Es un deshonor dejar esta rama.

- Artes: lo peor de lo peor. Todos te miran mal.

¿Suena duro verdad? Pues es la realidad. Después de esta “selección natural” que solo va a conseguir que los estudiantes se posicionen en carreras que seguramente no son las adecuadas para ellos; el siguiente paso por supuesto es ir a la universidad, porque claro, en este país si no vas a la universidad no eres nadie. Esa es una de las mayores lacras que tiene nuestro sistema universitario.

Ahora me gustaría que hiciéramos memoria, ¿alguien te preguntó lo que de verdad de gustaba hacer o sobre lo que te gustaría aprender? He conocido a muchísimos estudiantes de diferentes grados y creo que solo 10% me ha contestado afirmativamente.

Este es nuestro planteamiento: ve a la universidad, da igual para que, si es una carrera de ciencias mejor, pero hagas lo que hagas consigue el título PORQUE TÍTULO = TRABAJO SEGURO = ERROR. Con este planteamiento, ¿cuánta gente hay que se interese de verdad por lo que estudia? ¿Cuánta gente al final de sus grados tiene la cualificación, que no el título?

Suena muy duro, pero es la realidad de nuestro sistema universitario y sociedad. Se ha desprestigiado totalmente la formación profesional y otros sistemas de educación. Necesitas un título universitario por presión social. Y con ello la universidad muchas veces se convierte en una prolongación del instituto. Solo hay que echar un ojo a la actitud de muchos estudiantes. No les culpo, seguramente no les preguntaron qué era lo que les gustaría hacer en la vida.

Y con esta reflexión, ¿de verdad están los universitarios sobrecualificados?

Adrián Menéndez Touset dijo...

El proceso Bolonia, tal y como se comenta en la entrada, parecía que iba a aumentar el número de titulaciones y que eso iba a provocar una especialización en los estudios y una gran demanda en el mercado laboral.

Esto no ha sido así, es cierto que hay gente que está muy preparada, con una o varias titulaciones y el dominio de mínimo un idioma que no sea el propio. Este tipo de personas que debería de optar a buenos puestos de trabajo, se encuentran en trabajos que no están acorde a su titulación e incluso en trabajos "precarios". Es lamentable observar que 1 de cada 4 estudiantes sobrecualificados tiene que ocupar un puesto para el que no se necesita ninguna cualifiación. Es decir, ¿tanto estudio, esfuerzo y sacrificio para acabar siendo camarero? Es lamentable la situación en la que nos encontramos.

Para acabar mi comentario, me gustaría dejar clara mi crítica hacie el decreto conocido como 3+2, ya que, como se comenta en el artículo, estudiar un máster NO es una garantía para lograr un trabajo.

Adrián Menéndez Touset
Alumno de Marketing Fundamentos y Marketing Internacional
Universidad de Alcalá de Henares

Unknown dijo...

Respecto al tema del 3+2 realmente considero que lo que nos falta es información, sobre todo en el ámbito económico.
Bajo mi punto de vista, el 3+2 no se diferencia tanto del plan Bolonia que actualmente estamos siguiendo. En el caso del plan Bolonia estamos cursando cuatro años de carrera y uno de máster. Sin embargo con el 3+2 serían tres años de carrera y dos de máster, pudiendo especializarse cada uno en lo que quiera con más tiempo.
El problema llega cuando hablamos de términos económicos. Si los tres años de carrera estuvieran financiados en un, pongámosle 75%, pero los dos años de máster también lo estuvieran, no vería inconveniente en hacer el cambio. Ya que incluso consideraría que estarían facilitando la entrada al máster.
Sin embargo si no fuese así (siendo esta opción la más probable), considero que obligar a pagar a una persona, que puede que esté haciendo un esfuerzo enorme en pagar solamente los años de carrera, el máster en la cuantía que eso supone, y sino no obtendrá su título u obtendrá un título en menos valor que el actual, es volver al modelo en el que solamente quien tenía dinero podía estudiar.
Considero que la educación, ya sea primaria, secundaria, obligatoria o no, aunque realmente sea un bien privado que está asignado públicamente, es un derecho del que todas y cada una de las personas debería poder optar. Ya que si nos limitamos hablar en términos económicos, siendo este tema el único que parece ser que importa, una persona que esté más cualificada podrá optar a un nivel de renta más alto, mejorando con esto la economía de todo un país.

Otra pregunta que me hago, y que supongo que se la harán la mayoría de los estudiantes que han cursado o están cursando una carrera adaptada al plan Bolonia es: ¿qué pasará con nuestras carreras? ¿Serán devaluadas? Informándome un poco, he averiguado que las respuesta a esta última pregunta es que sí. No considero justo que después de haber cursado una carrera, de haber hecho el esfuerzo en todos los sentidos y de conseguir la titulación, por un cambio posterior la carrera que yo he cursado fuera de menor valor que cuando la empecé.

Por último, creo que la forma en la que están queriendo realizar el cambio no es precisamente la más adecuada, ya que lo están haciendo todo a escondidas, haciendo el menor ruido posible para implantarla este curso que entra en 2015.

Aquí dejo una página en la que considero que explica bien el 3+2 con todos sus inconvenientes:

http://www.sindicatodeestudiantes.net/index.php/noticias/movimiento-estudiantil/estatal/2092-el-decreto-3-2-o-como-echar-de-la-universidad-a-los-hijos-de-trabajadores


Tamara Mateo
Marketing: Fundamentos

Laura Flores dijo...

A los universitarios/graduados nos cuesta cada más encontrar un empleo adaptado a nuestra titulación. Pero la pregunta que deberíamos hacernos es ¿por qué?. ¿No tenemos suficientes puestos de trabajo adaptados a nuestra titulación? ¿Las empresas no confían en nuestros conocimientos y aptitudes? ¿Las universidades deberían tener menores niveles de exigencia? ¿Cuál es realmente la causa de esta situación?
Según los datos más recientes del Banco de España , el 35% de los estudiantes con títulos superiores esta sobrecualificado , lo cual nos coloca en el puesto número 1 en la Unión Europea como el país con mayor número de titulados en puestos de nivel inferior. Por lo tanto , el problema es bastante grave y se precisan soluciones lo antes posible.
En cuanto a la implantación del 3+2 pienso que es un tremendo error. Vistos los resultados que ha tenido el plan Bolonia en sus escasos años de su implantación , dudo que los del nuevo plan vayan a ser mejores.

Laura Flores Lario. Marketing Internacional