"She's Always a Woman" es una canción de Billy Joel de 1977 que
habla de una mujer a la que él ama. Reconoce que no es perfecta, pero la ama cómo es: con sus defectos. Esa música es la que oímos en el anuncio y la que –desde el
fondo de las imágenes– guía toda esta historia maravillosa.
Porque es un relato precioso: asistimos a toda la vida de una mujer, desde que nace hasta la
ancianidad. Ochenta años condensados en 90 segundos. Una
mujer marcada siempre por el afecto: hacia sus amigas, hacia su marido, hacia
su familia. No todo
es perfecto en su vida, pero todo está endulzado por el amor.
La genialidad del anuncio es cómo nos lo
cuenta. Vemos a un bebé en su cuna. Su madre la levanta y, cuando la deja en el
suelo, se ha convertido en una niña de dos años. La niña atraviesa a gatas un
tubo en su habitación y, cuando sale, está en la escuela y tiene 5 años. Se sienta en su pupitre y mira con temor a
la maestra, que le regaña mientras el sol brilla sobre su cabeza. Cuando cesa
el fulgor, la niña está en la fiesta de su octavo cumpleaños, y entonces sopla
las velas de su tarta... ¡de 18 años! Besa a su novio y pasa a otra habitación…
¡de la que sale con vestido de novia!
Pero, ¿qué es esto? ¿Está ya casada?...
Sigue leyendo...
No, ¡está embarazada! Espera, ¡¡¡que es
abuela!!! Y así, en pequeños flashes, vemos los dolores y las alegrías que han tejido su vida: las amigas de la infancia, el matrimonio
y los hijos, el trabajo y la jubilación...
Esa cascada de “instantes mágicos” se
corresponde perfectamente con la música. La voz de Fyfe Dangerfield, de los
Guillemots, versiona la clásica canción de
Billy Joel. Así, mientras
oímos: "She
hides like a child, but she's always a woman to me," ("Ella se esconde como un niña, pero es siempre una mujer para mí"), vemos a la chica de 8 años que se convierte
repentinamente en mujer. Cuando suena: "Ella es con frecuencia amable, e inesperadamente cruel", la vemos abrazando a sus hijos al volver del trabajo, y poco
después, gritándoles para que se callen,
porque está trabajando en el portátil. Sí, ella no es perfecta, pero es una madre que lo ha dado todo en su
vida. Y eso le ha hecho feliz.
Me gusta este anuncio. Me ha conmovido y me hace
pensar en la vida de tantas madres generosas que he conocido. En
primer lugar, en mi madre. Alguien pensará que esas vidas no fueron siempre
perfectas... Desde luego, la de mi madre sí lo fue. Y aunque a veces haya
tenido que sufrir –muchas veces–, el amor
que sentía por mi padre y por nosotros la hizo siempre feliz… Todas las madres se han ganado
nuestro reconocimiento y nuestro afecto. Lo han dado todo, sin guardarse nada.
Y esto es algo que nunca les podremos pagar...
Fuente: Publicidad y cine con valores
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